lunes, octubre 29

El fracaso de los directivos: tres claves para reconocerlo

Asumiendo desde la humildad esta posición, los directivos no cometerán los errores claves que desencadenan el más absoluto fracaso de su gestión. El especialista en formación de líderes de grandes empresas Dan Bobinski asegura que dirigir un equipo de manera absolutista suele acabar en un estrepitoso fracaso..........



...............En cualquier caso, Dan Bobinski revela tres claves fundamentales en el digital especializado Management-Issues, para reconocer cuando se está fallando como jefe y como evitar incurrir en estos patrones de conducta:


Si usted es jefe que humilla: Está fallando como líder cuando humilla a sus empleados frente a los demás integrantes del equipo. Da lo mismo que lo haga a espaldas del empleado o delante de él, la gente que humilla públicamente nunca se ganará el respeto del resto, sólo el desprecio.

“Cuando un empleado me contó que su jefe le menospreció diciéndole que “no valía para ese trabajo” delante de sus compañeros, dijo que perdió toda motivación para presentarse a trabajar, y un empleado desmotivado es un obstáculo para el éxito", afirma Bobinski.

Si usted es un jefe que humilla y quiere cambiar esta errónea manera de dirigir, le llevará mucho tiempo recuperar la confianza de su equipo. Pero se puede avanzar mediante su adhesión al principio de elogiar y reprender en privado, y no en público.

Si usted es el jefe que castiga: Está fallando como líder si nunca motiva a su personal y le habla de resistir ante el fracaso, y luego le castiga cuando fallan. Esto sucede cuando no se proporciona instrucción o entrenamiento para un trabajo específico, lo que debería ser su responsabilidad como jefe.

Repartir disciplina cuando los empleados no hacen lo que usted espera es de tiranos. El deber de un jefe es aceptar el fracaso de su empleado y enfocarlo en la dirección correcta. Hay que descubrir cuál ha sido el error y trabajar para subsanarlo.

Sea directo con lo que espera y equipare a la gente con los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para llevar a cabo sus expectativas, sin adoptar la actitud del maestro cruel.

Si usted es el jefe que discrimina: Se está equivocando si ignora que todos sus empleados pueden ayudarle a determinar cuáles son los factores que impiden llegar a objetivos y se enfoca en sólo los cabecillas de los grupos, debe escucharlos a todos, es su tarea.

“Los empleados que trabajan en las trincheras tienen ideas excelentes sobre cómo pueden mejorarse las cosas, por lo que se está buscando problemas si piensa que sólo un puñado de personas merecen su atención", asegura Bobinski.

Si usted discrimina a su personal, recuerde que una vez fue usted también un empleado raso que tenía un montón de ideas sobre cómo hacer mejor las cosas. Puede hacer la diferencia mediante la búsqueda de otras personas a ser tomadas en cuenta, y tratar a todos sus empleados como si fueran parte de su equipo ganador.

En resumidas cuentas, se trata de ampliar el campo visual como gerentes, no importa el grado de posicionamiento dentro de la empresa. Para cambiar y mejorar siempre hay tiempo y su equipo sabrá valorar su esfuerzo por ser siempre un buen jefe. Sin olvidar que estos cambios benefician a la empresa, a su equipo y principalmente evitan su fracaso como gerente.
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